El arte urbano puede ser una herramienta muy potente para despertar conciencias, sensibilizar y generar impacto y este mural es un buen ejemplo de ello. Y es que detrás de esta gran pared en el marco del Festival MurART, impulsado por el Ayuntamiento de Ontinyent (Valencia), hay un gran proyecto financiado por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática de la Generalitat Valenciana: un programa que impulsa el cooperativismo y empoderamiento de mujeres y jóvenes rurales en NIcaragua.

El colectivo artístico formado por Minuskula (María López - 1980) y Javier de Riba (1985) vuelve a desplegar aquí su característico estilo, influenciado por la pintura de signos clásica, la cultura popular y el diseño gráfico, con un resultado que nos recuerda al acabado de una serigrafía, línea abierta en sus últimos trabajos.

En este caso, con una gama cromática que se reduce a los tonos teja y verde, han querido centrar el mensaje y la imagen en la cooperación y en cómo está en nuestras manos extraer los recursos con respeto para asegurar un crecimiento sostenible.

Dominan la composición dos figuras (un joven y una mujer campesina) que aparecen con los brazos entrelazados en torno a una planta de maíz (uno de los cultivos más populares del país) que divide en dos la obra, sobre un fondo de elementos vegetales. Pero ojo que de ese fondo parece emerger otra gran figura que les abraza a ellos, simbolizando a la pachamama, la madre tierra que acoge a los protagonistas.

Agruparse para ser más fuerte, cooperar y profesionalizarse para llegar más lejos. Ese es uno de los grandes objetivos de este proyecto y por ello el dúo barcelonés también ha querido acompañar su pieza de un mensaje en valenciano en la parte inferior y que hace referencia al proverbio africano “si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”.

Si algo caracteriza también la obra de Reskate es su manera de conectar con el espacio en el que trabajan y si nos fijamos en los pequeños detalles veremos un racimo de uvas en la pañoleta del joven (guiño a la cooperativa vinícola de Ontinyent, en cuyo patio se emplaza la obra) y la figura de un pequeño pájaro, un vencejo que al parecer les visitaba durante el proceso, que aparece sobre una de las ventanas.